Conocida como "coworking", esta tendencia mundial finalmente llegó a la Argentina. Se trata de oficinas donde conviven profesionales de distintos ámbitos y empresas que pueden ayudarse mutuamente en sus tareas o compartir el silencio de un espacio en común
Ideal para trabajadores freelance que no cuentan con un buen lugar de trabajo (ya sea por incomodidad en su casa o por lo ruidosos que son los ambientes en los cafés) o para aquellos emprendedores que no cuentan con dinero para poner una oficina propia, el coworking es una nueva modalidad de trabajo que se está imponiendo en todo el mundo, especialmente en Europa y los Estados Unidos.
"Con este crecimiento se están dando un par de tendencias", detalla Martín Frenkel, socio gerente de Áreatres Workplace: "Una es el desarrollo de un coworking para todos los gustos: lugares enfocados en ciertas industrias, por ejemplo, comunidades exclusivas para músicos o escritores. Otra tendencia clara es hacer espacios de trabajo cada vez más grandes y así poder ofrecer un nivel de propuesta para la cual el espacio chiquito no llega".
Por su parte, Paul Iribarne, dueño y gerente de Céspedes Coworking, amplió a Infobae: "Hoy en día, las personas desarrollan varias actividades distintas a lo largo de su vida laboral, combinando además etapas independientes con otras en relación de dependencia. Además, existe un gran cambio cultural que tiende hacia compartir recursos y a colaborar, replicando en el espacio físico lo que pasa en el espacio virtual, sumado esto a la mayor importancia que las nuevas generaciones brindan a disfrutar del trabajo: importa con quiénes compartís tu día, la calidez del lugar, la luz natural, los accesos y los servicios cercanos".
En los Estados Unidos se encuentra la empresa WeWork, una de las más importantes de este mercado, que cuenta con 16 oficinas compartidas en Nueva York, dos en Boston, dos en Chicago, tres en Los Ángeles, una en Miami, tres en Washington, por nombrar solo algunas ciudades, además de contar también con oficinas en Inglaterra y Holanda. Sus fundadores son Adam Neumann y Miguel McKelvey, quienes crearon esta comunidad para no solo generar un buen ambiente de trabajo, sino para mejorar el estilo de vida de las personas. Hoy en día cuentan con más de 25.000 miembros en todo el mundo quienes, a través de una app, pueden interconectarse. Como servicios extra tienen acceso a salud, educación y entrenamiento. Por dar un ejemplo de sus costos, una oficina compartida en el barrio neoyorquino de Chelsea arranca desde los 45 dólares al mes.
En nuestro país se hallan varias oficinas que trabajan bajo esta modalidad, además de las ya nombradas. En parte, se debe a que en Buenos Aires, por ejemplo, es muy difícil concretar un alquiler, por todos los requisitos con los que hay que contar "El barrio de Palermo ya era un meeting point para gente que iba a trabajar o reunirse en distintos espacios como bares, y nos parecía un lugar interesante como eje desde donde se desarrollan las tendencias para luego avanzar hacia otros polos", explicó a Infobae Florencia Faivich, uno de los socios fundadores de Urban Station.
"La idea surgió al observar la evolución de la forma de trabajar. El avance de las comunicaciones permite que ya no sea necesario ir a un lugar fijo todos los días para desarrollar las actividades laborales. Por eso los bares, estaciones de servicio, cafés, etcétera, pudieron capturar en principio esa nueva tendencia. Sin embargo, estas propuestas también empezaron a quedar acotadas ya que no pueden brindar a los clientes todos los servicios de una oficina o no tienen el ambiente necesario para ser productivo".
Un punto clave que maneja Urban Station es la incorporación del diseño de avanzada y un ambiente lúdico, además de multiplicidad de espacios y una flexibilidad de tarifas que permite que sea posible tener una oficina tanto por una hora como por todo un mes. Para tener como referencia, el valor de la hora es de 40 pesos e incluye el coffee break y wifi, así como acceso a auriculares y locks de seguridad. Una posición mensual ronda los $2.400 con lockers individuales y los servicios antes mencionados.
EL COWORKING INVITA A SER MÁS CREATIVO Y PERMITE GENERAR NUEVOS VÍNCULOS COMERCIALES, LABORALES Y SOCIALES.
"Pensamos en que oficinas compartidas podrían ser una opción viable y nos entusiasmamos con ello. Comenzamos la investigación y nos topamos con esta tendencia. Resultó ser un modelo de negocio que es casi un estilo de vida. Su vinculación con la cooperación, el continuo aprendizaje, el relacionarse con el otro, compartir tiempo, conocimiento, experiencias, emprender, fusionar habilidades, integrar, hizo que nos embarquemos en ello", relató Marina Urreaga, CEO de Central Coworking.
El costo mensual de Central ronda entre $1.500 y $2.000 por persona dependiendo de si el puesto es individual o si se alquila una oficina privada. Incluye horas de salas de reuniones, conexión, front desk, servicio de cafetería, recepción de llamadas, impresiones, etcétera.
Acerca del futuro del coworking, Javier Chiterer, CEO de Gowork, aportó a Infobae su visión sobre el tema: "Cada vez hay más gente en el mundo buscando alternativas al esquema de trabajo tradicional, buscando desarrollarse de manera individual o crear su propia empresa. A diferencia de trabajar desde casa, que muchas veces se torna imposible, genera un aislamiento poco productivo o lleva a no poder separar la vida laboral de la personal, los espacios de coworking facilitan a sus miembros el poder concentrarse y dedicar todo su tiempo a sus proyectos y el networking que necesitan para hacerlos crecer, evitando el tiempo y esfuerzo que requiere la logística y mantenimiento de un espacio de trabajo propio. El coworking va a seguir creciendo de manera exponencial".
Informe: Ignacio Javier Olguin